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Recuperación de la piel y la boca de la radiación

Consejos prácticos

Durante las secuelas del bombardeo atómico de Nagasaki, Japón, tras la Segunda Guerra Mundial, se hizo un descubrimiento notable: sumergir la piel irradiada en un baño con una solución de bicarbonato de sodio resultó ser notablemente eficaz para limpiar y rejuvenecer la piel y el estómago, preservando su elasticidad.

A pesar de su eficacia, este tratamiento sencillo pero profundo, junto con sus beneficios para la radioterapia, a menudo pasa desapercibido o es silenciado por la medicina convencional por razones aún desconocidas.

En vista de ello, ampliemos nuestros cuidados y atención a algunas recomendaciones generales para ayudar a la recuperación de la piel y los tejidos bucales tras la radiación:

Recuperación de la piel y la boca tras la radiación:

– Mantenga las zonas tratadas secas y meticulosamente limpias.
– Utilice agua tibia (no caliente) y un jabón suave, preferiblemente suave o de bebé, para lavar la piel de la zona de tratamiento. Evite el uso de materiales abrasivos como toallitas o esponjas de baño; en su lugar, opte por el suave tacto de la palma de la mano.
– Secar la piel cuidadosamente con una toalla suave, evitando frotar.
– Hidratar la piel puede aliviar el picor y ayudar a suavizarla. Consulte a su equipo de radioterapia para que le recomiende cremas hidratantes adecuadas.
– Absténgase de utilizar cosméticos o productos para la piel que contengan perfumes o fragancias en la zona de tratamiento.
– La radiación suele provocar la caída temporal del cabello en el campo de tratamiento. Si procede, utilice un champú suave, como el champú para bebés, y reduzca al mínimo la frecuencia del lavado con champú.
– Péinate o cepíllate el pelo con cuidado y evita los rizadores o planchas calientes.
– Opte por ropa holgada y suave sobre la zona de tratamiento, y utilice detergentes suaves para lavar la ropa.
– Evite cualquier actividad que pueda causar lesiones en la piel tratada:
– Abstenerse de rascarse.
– Utilice cinta de papel en lugar de cinta adhesiva para vendar, si es necesario, y aplíquela fuera de la zona de tratamiento.
– Considere la posibilidad de utilizar una maquinilla eléctrica para afeitarse en la zona de tratamiento, evitando las lociones para antes del afeitado, los aftershaves o los productos de depilación.
– Evite el uso de maicena o polvos en los pliegues cutáneos, ya que puede aumentar el riesgo de infecciones fúngicas.
– Evite aplicar almohadillas térmicas, botellas de agua caliente o bolsas de hielo en la zona de tratamiento.
– Protegerse del sol con diligencia, ya que la exposición al sol puede agravar los daños cutáneos:
– Aplique diariamente un protector solar con un FPS de al menos 30, incluso en la zona de tratamiento.
– Lleve ropa protectora, como mangas largas, pantalones y sombrero, cuando salga al exterior.
– Reduzca al mínimo la exposición al sol durante las horas punta (de 10 a 14 horas).

Siguiendo estas recomendaciones y mostrando cuidado y diligencia en los cuidados post-radiación, podemos ayudar a facilitar el proceso de curación y mejorar el confort y el bienestar general.

 

 

 

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